El rápido desarrollo tecnológico que ha caracterizado las últimas décadas ha traído consigo cambios en todos los niveles y ámbitos sociales. Incluso en el rubro doméstico nos encontramos rodeados de nuevas tecnologías que han impactado en nuestra forma de interactuar con quienes nos rodean y la forma en que nos desenvolvemos en nuestro entorno.
Naturalmente, estas modificaciones se han trasladado al ámbito académico y las organizaciones educativas a nivel internacional han detectado la necesidad de hacer cambios en la forma de enseñanza para lograr un aprendizaje en los educandos acorde a la nueva realidad que vivimos día con día. Por ello se han desarrollado estrategias pedagógicas que permitan educar en la tecnología y a través de ella, adecuados a los diferentes niveles de estudio.
De esta forma ha surgido la tecnología educativa, la cual integra los medios didácticos, constituidos por las plataformas tecnológicas en sí, y los materiales didácticos, instrumentos teóricos diseñados para facilitar la enseñanza-aprendizaje.
La información contenida en los materiales didácticos está adaptada a las características del estudiante y su construcción pedagógica responde a los requerimientos de los sistemas educativos de cada país.
Los medios didácticos cumplen una función de “canal de transmisión” y se pueden clasificar en tres grupos: convencionales, audiovisuales y nuevas tecnologías. Los convencionales se componen por los medios impresos y auditivos – libros, periódicos, revistas, grabaciones, canciones—, que gozan de amplio reconocimiento como fuente de información.
Los medios didácticos audiovisuales o videos han tenido su auge desde la década de los 70, en un principio de transmitían en televisión, actualmente se dan a conocer mediante la computadora. Con el ingreso de esta tecnología al aula fue posible pasar de la educación presencial a la modalidad de educación a distancia, donde la información era mostrada y comentada simultáneamente sin que el docente estuviera en contacto directo con el alumnado, pero continuaron siendo organizados por el profesor.
Las nuevas tecnologías reúnen los beneficios de los medios didácticos ya mencionados y los potencian con dos nuevos elementos: la interacción y el Internet. Gracias a la creación de computadoras, proyectores y pizarrones interactivos, los estudiantes tienen un papel más activo en su aprendizaje ya que pueden manipular los contenidos y generar conocimientos por sí mismos, favorecen la creatividad, la memorización y la atención.
La integración del Internet en la tecnología educativa permite la consulta de información en todo momento, facilita la preservación de los documentos, la transmisión casi inmediata de contenidos en diferentes formatos y favorece la comunicación tanto fuera como dentro del aula, por lo que es mucho más sencillo para el profesor acompañar el progreso de los estudiantes.
La tecnología educativa en el salón de clases ha generado el nuevo modelo didáctico de enseñanza “1 a 1”, aplicado en dos espacios de aprendizaje: el laboratorio digital y el aula interactiva móvil. El modelo 1 a 1 fue llevado a la práctica por vez primera en 1990 y se aplicó en niños de nivel primario. Se les proporcionó una computadora equipada con software de apoyo educativo a los alumnos y al profesor, quien también recibió capacitación para guiar a los estudiantes en el uso de la tecnología; esto permitió un aprendizaje más autónomo y dar continuidad a las tareas dentro y fuera del aula.
El laboratorio digital surgió en la década de 1980, estaba incluido en una materia específica de informática cuya finalidad era que los alumnos tuvieran nociones de cómo manejar un computador y ciertos programas; generalmente había un único salón equipado en la institución y era compartido por todos los grupos de estudiantes.
Actualmente el aula digital móvil o aula interactiva constituye el más actual de los entornos de aprendizaje. El aula interactiva involucra la utilización diaria por el educando y el profesor de una amplia gama de herramientas digitales, entre las que figuran Netbooks, pizarrones interactivos, proyectores digitales, etc. A través de este modelo se logra motivar el trabajo en equipo, generar interés por el uso de las TIC, aumentar el compromiso con la tarea cotidiana, manipular cualquier tipo de información, favorecer la creatividad y el autoaprendizaje.
Las instituciones educativas a nivel internacional han involucrado paulatinamente las TIC en sus planes y programas, pero aún falta mucho por hacer para lograr la adquisición de habilidades tecnológicas que permitirán al alumno incorporarse con gran competitividad a la nueva sociedad.